Retales...

Amigo,
Tu llamada de hoy me ha regresado:
A un aula pequeña y a una reja,
A un campo de deportes,
Y he visto al pobre Paco Moya que insiste en enseñar.
Y he vuelto a trabajar de nuevo en Convensur,
Y he vuelto a ser el novio de una enfermerilla.
Y he vuelto a disfrazarme con traje de frigorista.

Amigo,
Tu llamada de hoy me ha regresado:
A las calles anchas de Almería,
A un viaje interminable,
A una charla en la autovía,
Y a tu primo y a mí riéndonos de ti.
Y he vuelto a enamorarme de un amor prohibido,
Y he vuelto a ser portero en clase de gimnasia,
Y he vuelto a disfrazarme con traje de electricista.

Sin título.

Mi niña, hoy has vuelto a sonreír aunque él ya no este aquí.
Por fin verás que no es el fin.
Si quieres habla al viento, alguien estará cerca de ti.
Te escuchará, y así sabrás que fue de ti.
Lloraste al verlo marchar, dirección sur.
Hoy es el dueño del lugar y lo quisiste seguir.
Y no te miró.
Un día volverás a ser feliz y tu pelo volverás a ver brillar
bajo el sol de otro lugar...
y tus miradas serán tan fuertes que ya nadie las podrá borrar.

El amor está cantado III (Ismael Serrano).

Estoy cansado de hacer el mismo recorrido, el mismo trabajo, ver las mismas caras, los mismos paisajes, sin ti a mi lado. Mi vida, poco a poco, se va llenando de esos días tristes, grises y opacos, que uno omite en su biografía. Cansado de ir cada noche a los mismos bares, buscándote aunque sé que no estás, que no voy a encontrarte. Cansado de ir cada noche lamentando tu ausencia, directamente a tu altar para hacerte una ofrenda. Mañana será tarde si vienes a buscarme. Mira en tu buzón, dejé un mensaje. No todo está perdido, encuéntrate conmigo, tú bien conoces el camino. A esas horas, en las que casi todos engañan a sus amantes, casi siempre encuentro un buen momento para asesinarme. Y entre muerte y muerte miro a la ventana, con la vana esperanza de ver que Madrid se consume entre llamas. Tú quizás mientras busques un horario perdido o cantes una canción para dormir a un niño. Tú mientras busques en papeles perdidos la letra de una canción que yo te he escrito. Mañana será tarde si vienes a buscarme. Mira en tu buzón, dejé un mensaje. No todo está perdido, encuéntrate conmigo, tú bien conoces el camino.

Éramos...

Éramos siempre tú y yo,
el ángel púrpura y el jardín azul;
con buenos presagios bajo la lluvia
llegamos al portal.

La víctimas del amor sufrido,
del amanercer abatido...
de un abismo, y entre tú y yo
un paso perdido.

Éramos la fuente de la vida,
el son del mar y el silencio de la piedra;
un viaje vertical al otro lado
empujando, llegamos al portal.

Pasajeros del esperado viento,
de las noches en vela...
amantes hasta la saciedad, tú y yo
y en medio una espina.

Éramos lunes y domingo,
el cemento de un cambio fugaz;
la inocencia de la primera vez
provocando, y llegamos al final.

Protagonistas de esta historia,
agotando las horas de luz,
sensibles al calor, tú y yo
y medio no queda nada.
*****

Irremediablemente.

El amor y el corazón arden en un uno sólo
las mentiras abordadas del amor tan sincero,
irremediablemente caemos en el juego
de la eterna risa y el manso antojo.

El deshielo de la verdad, la pérdida del engaño,
irremediablente lo creemos como cierto;
te busco en un disfraz y de veras no te encuentro...
...pasamos por encima de esto en vano.
*****

A la deriva.

Hoy es cuando siento que siento,
que duele en los adentros sentir
que cada vez estás más lejos,
que tu esencia va desapareciendo.

Duele el dolor de sentirte por dentro,
de saberte muerto,
que cada minuto es más lamento
y lo siento en defecto.

Ahora es cuando veo a lo lejos
tu aroma desierto,
tu alma y tu cuerpo
eterno y sin peso...y duele el deseo.

Duele el sentimiento
de besarte al viento,
el dolor que se guarda por dentro
es el peso de mi lamento.

Hoy es el día de lamentarte lejos,
de besar al espejo,
de soñarte por dentro,
de ver tu alma y tu cuerpo
anclados a mi puerto;
de oirte sonriendo...
de llamarte un momento...
de soñarte despierto...
de amarrarte a mi sentimiento...
de buscarte en lamentos...
de sentirte muy lento...
de llorarte en silencio.
*****