domingo, 29 de abril de 2012

Apañado corazón.

Apañado corazón, lista de errores.
Pienso. El silencio es patente.
Añado cosas, borro olvidos.
Caminado se hace cualquier camino.

Corazón arreglado, evita el vacío.
Creo, existo. La soledad de repente.
Quito amargor, añado
Con paciencia se sale de lo valdío.

viernes, 27 de abril de 2012

Si huyes...

Si huyes de aquí comienza la cuenta atrás
de los sorbos a la cerveza temprana y la borrachera fácil...
...brindar por ti es lo más difícil.
Salpicarte de vida es imposible, absurdo, indefinido...
Si te vas, acuérdate niño de mi manos
balanceándose a las dos, y del refreno en alerta,
de los ojos soñadores reflejados en tu verde estampa...
... y de cómo las cosas fijas se van moviendo.
Las burbujas me llaman...el pudor no espera.
Y por qué no te conocí antes,
las sensaciones al límite y el desastre inminente,
sozobra y languidece por momentos
la sensación de unión y de frío devastador
hasta convertirse en el sueño donde
patino por el borde de tus labios
y te alcanzo en los besos que dejan rastro,
los que a ti te gustan, los que más te excitan.
Si te marchas...si me dejas...empieza a marcar el límite
por si acaso me da por buscarte y traspasarte otra vez...
...alcohol puro para mi sed de estúpida equivocada,
que piensa que quizás ahogando mis penas,
consiga levantar cabeza
y no verte siempre en todos los muros con lo que choca.
Si me abandonas, sepas que no es tu culpa,
que yo me sumergí en tu piel inquiriéndote...
...escudriñando resquicios por donde colarme,
reaccionando como una tonta enamorada
entre lazos y sábanas,
que no puede darte sus alas en sus vuelos
porque una triste cadena la ata
a un castigo autoimpuesto, una censura más alta.
Me lo merezco, créeme. Y lo siento, seguro que más que tú.

martes, 24 de abril de 2012

La tierna princesa que besó al sapo equivocado.

Te tuve en mí atrapado, ave de presa,
mitigando dolores, acariciando por qués.
Te dejé a mi lado, frente a las nubes,
adornando el cielo, murmurando en tu piel.
Hallé las faltas y el traté de enmendarlas.
Encontré los fallos y sin nada que hacer, los tragué.
Mamé de las heridas y me emborraché.
Te quise dentro de mí, pájaro libre,
placentando mi cuerpo, lamiendo mis pies.
Te empujé de la nada, siempre en mis abismos,
alegrando mis risas, alternando en mi sién.

Me entretuve incordiando,
fatigando,
arrastrando....viciado...aquéllo que no me ha pertenecido nunca.

Me entrené bajo tus lindes,
arrancando,
activando la presión...libre...de todo lo que quise y no tuve.

Mi yo se alentaba en soledad, de luto, afantasmado...
paseando por tus mentiras; 
tus locuras mermaron mis cuentas, magullaron más mis ojos,
torturaron los motivos de un encantamiento fugaz y libertino.
No me quedaba ya poder para encaminarte.
No te hacía sombra la fuerza de retención.

Te tuve sin control a las puertas de mis ganas,
como reducto de fuentes inalterables,
sin embargo, la fosa estaba cavada, mis verdades muerieron en ellas.
Te amaba pequeño, te amaba.

 "La tierna princesa que besó al sapo".