viernes, 26 de diciembre de 2008

Lectura del entorno.



Qué duele de los humildes años,

la tierra donde el tiempo de siembra

echó a perder la cosecha,

las infranqueables fronteras

donde el pasado se consume

y engulle al presente.

Y yo que siempre supe labrarlas

arranqué las sierpes y enfrenté la sequía...

...todo en vano.

Mis manos pasadas por la fé

de días áridos de recuerdos,

de pasto seco rodeados,

nervios en las raíces de la sangre

y mi brazos cultivados en abrazos

para nada, para el dolor del invierno...

...nunca medí mi transparencia.

Fuiste lobo obeso que engulló a su hombre.

*****

2 comentarios:

Emiliakus dijo...

Fríos son todos los inviernos y más sin nada que recoger o que te recoja.

Según Raúl Garrido "El otoño siempre duele", pero según yo "el invierno mata".

Y yo sigo llorando por una isla que me queda grande.

Sonríe, que hace tiempo que no te lo pongo. :P

Srta Pomelo dijo...

Sonrío porque me he reecontrado con alguien del pasado que me devuelve la sonrisa, pero estoy triste por la persona que he dejado atrás, que me daba todo menos las ganas de vivir.