lunes, 26 de enero de 2009

A la deriva...

Miré atrás y en ti me vi atrapada,

los pasos pesando en el camino hacia adelante

y tu mirada clavada en mi espalda.

Agarré fuerte el suelo,

no querías escucharme y el adiós se hacía más grande,

me arrastraba a la desidia.

Tú, inmensa como la despedida.

Ni mil huracanes lograrán abatir

las alas de este destino.
*****

4 comentarios:

Edu dijo...

Así es, el destino no sucumbe, el es lo predeterminado.
Un Saludo.

Srta Pomelo dijo...

Bienvenido Edu, al principio creí que eras mi hermano, que también se llama así.
Permíteme la falta, pero el destino es una mierda, al menos en este momento está jugando conmigo.

Emiliakus dijo...

Normalmente nos da mil patadas antes de aclarar lo que realmente nos viene.

Srta Pomelo dijo...

Entonces me siento pateada.